DESDE 1827
Rabo estofado en el siglo de oro
Taberna fundada en 1827 en el mismo edificio en el que Miguel de Cervantes vivió y escribió varios capítulos de la segunda parte de “El Quijote” y “Los trabajos de Persiles y Segismunda” y concluyó su obra “Viaje al Parnaso”.
Se puede denotar la antigüedad de la taberna por la saturadora de seltz de la marca Hispania, con la que se fabricaba el agua con gas. Se mantiene una preciosa caja registradora, que se convirtió en un elemento indispensable en los comercios madrileños a mediados del XIX. Sobre la pila hay un original grifo con forma de cabeza de perro. En 1985 se restauraron la pila y el mostrador. La pila tiene, además, una espléndida grifería de cinco caños. De los grifos manaba cerveza, vermut, agua con gas y agua del canal. Junto a este mostrador, hay otro de una valiosa piedra, el ónice, lo que hace de él un mostrador único en Madrid y, probablemente, en toda España. Pero lo que más llama la atención es, sin duda alguna, el mostrador de estaño y en un extremo del mismo hay una pila destinada a refrescar en la cubeta o lebrillo las típicas frascas de vino y a lavar los vasos.
En la actualidad, los clientes pueden degustar platos típicos como callos y bacalao a la madrileña. La especialidad es el rabo estofado, considerado uno de los mejores de todo Madrid.
