Calzados Toledo

DESDE 1857

Estantes de madera centenarios rebosando de zapatos

En la calle de Toledo, esquina Latoneros, en el corazón del Madrid de los Austrias, inició Francisco Rodríguez en 1857 el negocio de venta de sombreros y calzado que ha llegado hasta nuestros días. Con la tradicional portada de madera color rojo oscuro del gremio de zapaterías situadas en los aledaños de la Plaza Mayor, muestra en sus escaparates una pléyade de modelos fabricados en España de manera artesanal, con predilección por los trabajos en cuero, botas altas, botas de monte, zapatos de cordón, mocasines, sandalias y alpargatas, todos tanto de caballero como de señora, y también katiuskas o botas de agua; todo el calzado incluye la peculiaridad de que sus suelas están fabricadas con caucho reciclado de neumático.

En el recoleto interior, llama la atención la profusión de madera, que cubre con un friso las paredes y llena de estantes abarrotados de cajas de calzado las partes más altas; el corto mostrador es también de madera, y del mismo material los curiosos bancos corridos, dispuestos para el descanso de los clientes en las habitualmente ajetreadas jornadas que registra el establecimiento. El suelo, de cerámica antigua, ha registrado muchos pasos en los más de 160 años de historia de este local, que continúa abierto con el mismo tipo de género dedicado fielmente a su actividad de siempre.